jueves, 15 de abril de 2010

Unidad 6. La Iglesia, ¿al encuentro de Dios?

Son muchas las personas que a lo largo de su vida han buscado intensamente a Dios. Una mayoría de ellas ha proyectado en sus acciones la imagen verdadera de un Dios: un Dios amor que envía a su Hijo al mundo para salvar a la humanidad. Pero muchas otras han mostrado y defendido una imagen distorsionada de Dios.

En la historia de la Iglesia son muchos los ejemplos que se dan de una y otra actitud. En esta unidad vamos a analizar algunos encuentros y algunos distanciamientos de la verdadera imagen de Dios.

La pluralidad en la Iglesia muestra el rostro trinitario y diverso de Dios. De nuevo, la vuelta a Jesús nos muestra sin ambages la manera que tiene Dios de encarnarse en la historia. El Dios de Jesucristo es, sobre todo, el Dios de los pobres, los últimos y los marginados por la cultura dominante. Es el Dios de aquellos para los que no hay sitio en las estructuras sociales ni en el corazón de los hombres.

La experiencia de Dios, siempre nueva y sorprendente, impulsa a muchos hombres y mujeres a buscar dentro de la Iglesia formas nuevas de expresión. Algunas, también, terminaron en franco enfrentamiento y ruptura. Europa convulsa, fanatizada y dividida por la religión. Los siglos xv, xvi y xvii son siglos de contraste: de apertura geográfica y misionera, de profundidades místicas jamás conocidas, de confianza ilimitada en las capacidades del ser humano, de expresiones artísticas sin parangón, pero también de fanatismo y persecución religiosa.

En concreto vamos a:
  1. Conocer datos importantes de la vida de santa Teresa de Jesús, mística y doctora de la Iglesia.
  2. Saber dar razón de la necesidad de reforma que en el siglo xv tenía la Iglesia.
  3. Analizar las causas y las figuras que llevaron a cabo la reforma protestante.
  4. Conocer los aspectos fundamentales de la doctrina de Lutero.
  5. Analizar y comprender en qué consistió la reforma católica o contrarreforma.
  6. Conocer en qué consistió el tribunal de la Inquisición.
  7. Descubrir las luces y las sombras de la evangelización llevada a cabo a partir del siglo xv.
  8. Reconocer en el arte renacentista una nueva concepción del mundo y de la persona, así como el Barroco como un valioso instrumento de propaganda religiosa.
  9. Descubrir el valor de la mística en la vida de la Iglesia y en su historia.
  10. Conocer qué imagen de Dios revela Jesús.